Kyosho nº 394 otoño
Comentarios iniciales: Yamada Ryôun
Desprenderse de cuerpo y mente
Hace exactamente dos años en octubre cuando empecé con los teishos de la Transmisión de Luz. Con el teisho online del 25 de octubre finalicé el capítulo 17, el Patriarca decimoséptimo, el venerable Sogyanandai, Como bien sabéis, la Transmisión de Luz es la colección de teishos dados por el cuarto sucesor del Dharma del Maestro Dogen (1200-1253), Maestro Keizan Jokin (1268-1325) sobre los detalles del contexto y contenido de la sucesión del Dharma de los Patriarcas anteriores. En mi teisho reciente sobre el capítulo 17 puse el foco sobre las palabras del Maestro Keizan: “Intrínsecamente, la práctica del Zen consiste en desprenderse de cuerpo y mente [shinjin datsuraku].” En mi teisho dije que estas palabras no son solo el centro del Capítulo 17, sino que son la meta última de nuestra práctica. En los comentarios posteriores muchos me indicaron que este mensaje les impactó grandemente.
Para aquellos que no pudieron escuchar ese teisho me gustaría aprovechar esta oportunidad para resumir lo que dije.
Muchos piensan que la práctica del Zen es conseguir la experiencia del desprendimiento de cuerpo y mente [shinjin datsuraku]. Sin duda, para aquellos que tienen “gran fe, gran duda y gran determinación” y practican seriamente hasta el punto de olvidarse de sí mismos, llegará el momento en el que experimenten que cuerpo y mente se hayan desprendido.
Sin embargo, según vamos profundizando en esa experiencia de cuerpo y mente desprendidos, nos damos cuenta de que la práctica del Zen no era simplemente el medio de conseguir esta experiencia. Más bien, nos damos cuenta de que la práctica del Zen es en sí mismo cuerpo y mente desprendidos. Vemos que la práctica del Zen era otro nombre para el desprendimiento de cuerpo y mente y de que cuerpo y mente desprendidos era otro nombre para la práctica del Zen.
Los antiguos Patriarcas nos han transmitido varias expresiones para describir en palabras “el hecho verdadero” o “el verdadero yo” que descubrieron por experiencia propia:
Shakyamuni: “Encima del cielo y debajo del cielo existo solamente yo, solo y sublime.”
Bodhidharma: “Vasto y vacío, nada de sagrado.”
Sutra del Corazón; “Forma es vacío, vacío es forma.”
Chosa Keishin: “Las diez direcciones del mundo son mi cuerpo entero.”
Maestro Dogen: “La mente no es otra cosa que montañas, ríos, la gran tierra, el sol, la luna y las estrellas.”
Estas y otras muchas expresiones han llegado hasta nosotros. Todas estas descripciones y expresiones de nuestros venerados Patriarcas son palabras que nos revelan claramente ese mundo; la agudeza de las descripciones y su claridad solo pueden denominarse magníficas. Sin embargo, me atrevo a decir que esas maravillosas descripciones y explicaciones no dejan de ser meras explicaciones.
Por otro lado, las palabras “cuerpo y mente desprendidos [shinjin datsuraku] tienen un poder misterioso. En realidad, las palabras “cuerpo y mente desprendidos”, cuando son usadas como una expresión para describir el “ser verdadero” no son exactamente palabras correctas. Esto es porque el cuerpo y la mente no pueden desprenderse. Ni el cuerpo ni la mente existieron jamás. Lo que no existe no puede desprenderse.
No es que hay un “desprenderse” [datsuraku] de “cuerpo y mente” [shinjin]. El hecho es que “desprenderse” [datsuraku] es el estado verdadero de “cuerpo y mente” [shinjin]. No es “cuerpo y mente se desprendieron”, sino más bien “desprendidos cuerpo y mente” [datsuraku shinjin]. Más aún, el verdadero estado de toda existencia es un “desprendimiento.” [datsuraku]
Cuando se ha meditado hasta este punto, la escena de la transmisión del Dharma del Maestro Nykojo al Maestro Dogen es evocada vívidamente: un día, el Maestro Dogen, después de haber practicado la sentada de la noche, al haber escuchado las palabras del Maestro Nyojo: “La práctica del Zen es cuerpo y mente desprendidos [shinjin datsuraku]!, repentinamente tuvo una gran iluminación. Inmediatamente fue a dokusan y dijo: “Cuerpo y mente se han desprendido.” [shinjin datsuraku shi kitaru].” El Maestro Nyojo dijo: “Cuerpo y mente desprendidos.” [shinjin datsuraku] Desprendidos cuerpo y mente. [datsuraku shinjin] desprendidos, desprendidos [datsuraku, datsuraku] y dio su aprobación al Maestro Dogen (Transmisión de Luz, Cap. 51). Me siento siempre de nuevo profundamente conmovido en cómo el Maestro Nyojo comprendió claramente el mundo de “cuerpo y mente desprendidos”.
Anteriormente dije que las palabras “Cuerpo y mente desprendidos” [shinjin datsuraku] no eran una descripción acertada del hecho verdadero. Me gustaría además añadir que estas palabras son diferentes a aquellas de los Patriarcas citadas anteriormente y que no son una explicación del hecho. Pero precisamente por eso creo que estas palabras tienen un tremendo poder.
Quiero decir: si uno se sienta con todo el alma y recita “Cuerpo y mente desprendidos” [shinjin datsuraku], el mundo del “desprendimiento de cuerpo y mente” [datsuraku shinjin] surgirá. Al mismo tiempo, el mundo de “desprendido, desprendido” [datsuraku datsuraku] se desplegará. Este es exactamente el poder misterioso de las palabras “Cuerpo y mente desprendidos.” [shinjin datsuraku]
En otras palabras, la frase “cuerpo y mente desprendidos” [shinjin datsuraku] tiene el poder más grande de convertir el siguiente hecho en un hecho, no como una explicación: “La práctica del Zen es cuerpo y mente desprendidos. Cuerpo y mente desprendidos es desprendimiento de cuerpo y mente. Desprendidos cuerpo y mente es desprendidos, desprendidos.” Sin embargo, para recibir este poder, hay que tener el ojo de un claro kensho.
No es preciso aclarar que la posición fundamental de la Sanbozen es “estar en el punto originario del Camino de Buda a través de la puerta del Dharma de Dogen Zenji.” Me gustaría terminar este escrito parafraseando las palabras del mismo Maestro Dogen:
En la tradición auténtica de nuestra escuela se declara: el Dharma de Buda, transmitido directa y auténticamente a través de la historia, es el más alto de todos los dharmas supremos. Desde el principio de tu práctica y tu aprendizaje, no recurras al incienso, a las alabanzas, a cantar los nombres de Buda, a las confesiones, a la recitación de los sutras y cosas por el estilo, sino simplemente practica haciendo sentadas intensivas y consigue la experiencia de cuerpo y mente desprendidos. (Cap. “Bendowa” en Shobogenzo).
(traducido por M.ª Angeles Herrán de la traducción en ingles por Jerome Cusumano)
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