Estamos en la época del
adviento, preparando la Fiesta de la Navidad. El Maestro Eckhart habla del
nacimiento de Dios en el alma.
En
la natividad de Jesús celebramos el Misterio. Pero debemos saber que no es solo recordar un hecho histórico que ocurrió hace más
de dos mil años, sino que se trata en realidad de nosotros mismos: se trata de
celebrar nuestra propia encarnación divina. Y esto puede suceder únicamente si
huimos del ruido, entrando en el silencio interior, trascendiendo la dimensión
espacio-temporal. Cito al Maestro Eckhart: <El tiempo y el espacio son
partes. Pero Dios es Uno. Por ello, si el alma ha de conocer a Dios, tiene que
estar más allá de tiempo y espacio>.
Mirando
atrás en este año 2016 me gustaría señalar como evento especialmente importante,
en el que participé, el Kenshukai de nuestra escuela Sanbô-Zen,
que tuvo lugar en Alemania, concretamente en un antiguo monasterio benedictino
en Baviera. Fue intensivo y enriquecedor, con mucha fraternidad entre nosotros,
los 55 participantes. Hicimos una excursión al lago Kochel, visitando el Museo
de Franz Marc, y al final otra excursión al precioso lago Chiemsee, rodeado de
las altas montañas de los Alpes, donde se firmó en su día la Constitución
alemana.
Como
ya se va terminando este año, cuajado de sucesos y eventos, he escogido dos
Haikus que fueron escritos para un cambio de año:
¡Oh, tiempo
silencioso!
Solitario voy
andando.
Solitario,
pero solo no.
Shiki
Buda en el
campo –
Mira, de la ventana de su nariz
¡cuelga un carámbano!
Issa
Os deseo una feliz Navidad
y un Año Nuevo pleno y en paz.
Carmen, Baika-An
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