El Kenshukai que tuvo lugar en Cristo de El Pardo desde el 1
al 10 de agosto 2015 y que hemos preparado con mucho esfuerzo, ilusión y
cariño, dio un resultado realmente muy bueno. Hubo 55 participantes venidos de
todas partes del mundo, más siete personas de nuestra sangha en calidad de
equipo de apoyo: de Asturias Carmen O. y Loli. De Madrid: Marian, Javier,
Fátima, Jorge y Mari Angeles. Muchas más personas de la sangha nos ayudaron
tanto antes como después del Kenshukai.
Gracias a todas estas ayudas, el encuentro salió perfecto y
sumamente agradable, y los participantes se encontraron muy bien recibidos y
cómodos, como una y otra vez nos repitieron, tanto verbalmente como por escrito
después: lo encantados que estaban con el lugar,
con nuestro grupo de ayudantes, tan pendientes de ellos, con la amabilidad de
los responsables de la casa, y las instalaciones tan acogedoras,
espaciosas, modernas y cómodas, en un sitio realmente ideal para un evento como
el nuestro. Un lugar retirado y cerca de un bosque de
pinos, con unas magníficas vistas hacia la ciudad de Madrid desde los
ventanales del comedor. El mismo Ryoun Roshi hizo hincapié en lo adecuado y
bonito de la casa y del lugar. La comida
también recibió elogios, espléndida,
abundante y variada, aparte de vegetariana, como habíamos pedido.
La primera noche di
la bienvenida y un amigo guitarrista, profesional, Rodrigo, tocó dos piezas de Tárrega y dos
piezas compuestas por él mismo, que gustaron mucho, y recibieron los elogios de
los entendidos.
Les hablé de mis actividades del Zen en los diversos lugares
de España y, naturalmente, del Monte de Silencio. También enseñé el librito
fotográfico que nos hizo Felipe sobre el Monte de Silencio y, la verdad, todos,
incluido Ryoun Roshi se quedaron impresionados. Varias personas dijeron que les
gustaría venir alguna vez a hacer la experiencia de ermitaños.
El trabajo del Kenshukai en sí fue muy denso e intensivo.
Ryoun Roshi nombró dos maestros ayudantes y una maestra asociada. También dio
dos Teishos; el primero sobre El perro
de Joshu, y el segundo sobre La mota de polvo de Fuketsu (Shoyoroku 34). Otras tres personas
dieron Teishos, el de Patrick Gallagher Bodhidharma
sosiega la mente (Mumonkan 41) se ha publicado en el número de Kyosho
actual, Sept./Oct. 2015, y yo di un
Teisho sobre Dogen y Zengen van a dar el
pésame (Hekiganroku 55), que se publicará en el próximo número de Kyosho.
En la mitad del Kenshukai hicimos una excursión a Madrid,
incluida una visita al Museo del Prado. Quedaron impresionados tanto del Museo
como de la ciudad. Algunos me comentaron que querían venir en un futuro a
conocer España mejor, no se lo habían imaginado tan bonito. La guía fue
extremadamente amable, aparte de eficiente, hasta tal punto que me preguntaron
si era amiga mía.
La última noche organizamos una fiesta con dos profesionales
bailarines de Flamenco y Danza Española. Fue un éxito rotundo. Ryoun Roshi los
filmó y me dijo que estaba impresionadísimo. Después de esa actuación oficial,
llegaron las no oficiales: grupos de los
diversos países cantaron canciones nativas, y todos disfrutaron en un
ambiente muy distendido y cordial, con vino, sidra, zumos.
El último día, cuando Ryoun Roshi y otros ya se habían
marchado, quedaron muchos para participar en la excursión a Toledo. Volvían
pletóricos.
Así que el esfuerzo tan grande que supuso esta organización
mereció la pena con creces y ayudó a que los maestros de la Sanbo conocieran
España, su gente, y el Zen que enseñamos aquí, mejor. Y viceversa: el grupo de
apoyo conoció mejor nuestra escuela. En resumidas cuentas: algo muy beneficioso
para todos.
Mi
experiencia en el Kenshukai
Como
integrante del equipo de apoyo en el Kenshukai deseo compartir mi profunda e
inolvidable experiencia.
Nuestra
misión consistió en estar pendientes de los maestros, que no les faltara nada y
a la vez estar en un segundo plano. Éramos un equipo, todos remábamos en la
misma dirección para que todo saliera perfecto y así ocurrió. Todo fluyó y
encajó perfectamente.
El
equipo de apoyo pudo practicar zazen con los maestros ¡¡¡Qué densa energía se
percibía en el zendo!!! Ésta favorecía el abismarse con mayor facilidad.
También
pudimos estar en los Teishos. Me llamó la atención que cuando finalizaban éstos,
el resto de maestros iniciaban un turno espontáneo de preguntas – “un combate
Dharma”, que siempre concluía con la intervención de Ryoun Roshi.
Yo
no entendía nada porque no hablo inglés, pero me abría y mi interior sí
captaba. Esto fue lo que me ocurrió con el Teisho de Carmen, a medida que iba
dándolo empecé a llorar y llorar con mucha fuerza (y no lloro con facilidad),
era llorar. Cuando Carmen finalizó su Teisho comenzaron las preguntas y todos
le expresaron su agradecimiento por la enseñanza trasmitida y la profundidad de
la misma. Incluso un maestro realizó ante ella una postración completa. Esta
experiencia me reafirma que hay una comprensión mucho más profunda que las
palabras y entendimiento.
Fue
una oportunidad para conocer a un gran número de maestros de la Escuela
Sanbô-zen, personas sencillas, cercanas, alegres, entrañables y muy, muy
agradecidas.
También
me di cuenta de que tenemos una maestra que nos enseña de forma exigente,
disciplinada y adecuada; eso nos permitió participar con el resto de maestros
sin interferir ni distorsionar su práctica. Y también me resultó evidente que es
una maestra con una auténtica y profunda experiencia en el Camino, muy valorada
por el resto de maestros y por Ryoun Roshi. Por ello, experimenté un profundo
agradecimiento hacia ella.
La
experiencia fue tan impactante y rica que todo el equipo de apoyo intentamos
trasmitirles a los maestros lo bueno que sería permitir en los próximos
Kenshukais la participación de miembros de las distintas sanghas organizadoras.
Reitero
mi agradecimiento a Carmen y a la Escuela Sanbô-zen que me dio esta oportunidad
única e irrepetible.
¡GRACIAS
CARMEN POR TODO!
Loli
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